Un acusado de adoctrinar a menores pide su absolución: «Los que entienden el salafismo como terrorismo son gentuza»

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Karim B., el acusado de adoctrinar a sus alumnos de Corán, ha pedido este jueves en el juicio celebrado en su contra en la Audiencia Nacional su absolución asegurando que es inocente y defendiendo que «los que entienden el salafismo como terrorismo son gentuza».

«Fue una sorpresa y hasta ahora no me creo, no me creo que a mí me acusen de esto cuando yo he dicho literalmente ayer que me he reconocido en todos los lugares donde he estado como antiterrorismo. Porque esta es mi ideología demostrada donde vaya», ha clamado, insistiendo en que está en contra del yihadismo radical.

El acusado, que permanece en prisión desde el 29 de noviembre de 2023 y se enfrenta a una pena de cárcel de 10 años, ha criticado que los agentes que elaboraron los atestados que le incriminan hayan fabricado los mismos –según ha apuntado– omitiendo algunas de sus anotaciones personales.

«Voy a ser el más feliz el mundo cuando (los investigadores) sacan mis cosas. Pero sácalo todo. Yo reclamo aquí que no soy terrorista, soy antiterrorismo. Yo hablé abiertamente a la gente advirtiendo que los que entienden el salafismo como terrorismo, que son gentuza con perdón», ha asegurado en su turno de última palabra.

En esta línea, ha apuntado que «el entorno de la gente donde trabajaba como imán son, sumando a todos, miles de personas». «En cada mezquita, donde rezaban detrás de mí y me escuchaban. En esos papeles no veo ni uno, ni solo uno (en su contra). ¿Por qué no pueden encontrar un testigo contra mí?», se ha preguntado.

El acusado, que ha explicado que trabajó como electricista, ha sostenido que fue «el único marroquí con Fomento». «La línea 3, la amarilla, todos los techos de las estaciones, hechos con esta mano, señoría. Y las escaleras mecánicas», ha indicado.

Fue tras la llegada de la crisis, ha explicado, cuando para buscar «el pan» para sus hijos acudió a las mezquitas a trabajar, aprovechando así sus estudios de «religión en Francia», cursados en una «universidad homologada y autorizada por el Estado» galo.

ESTRATEGIAS A MEDIO Y LARGO PLAZO

La Fiscalía, sin embargo, ha instado al tribunal a condenar a Karim B. asegurando que ha quedado de manifiesto «la ideología radical y la finalidad que tiene Karim en el adoctrinamiento y reclutamiento de menores».

La representante del Ministerio Público ha destacado que los menores de entre «8 y 15 años» a los que habría adoctrinado «no se van a ir a Siria, Irak» u a otra «zona de conflicto». «Pero evidentemente se está plantando la semilla. Se trata de estrategias a medio y largo plazo, es decir, posteriormente es posible que alguno de ellos pueda estar radicalizado, pero repito, nos encontramos ante delitos de peligro», ha advertido.

Su defensa, por su parte, ha solicitado la libre absolución asegurando que la prueba ha acreditado que el acusado «es una persona culta, formada y que lleva más de 20 años» en España, «donde ha impartido clases de Corán a una comunidad muy concreta y determinada».

«En la que los padres, la Sala ha podido apreciar la tipología de los padres, no son señores barbudos que hayan venido tampoco de Afganistán. Han llevado a sus hijos para que, tal y como se nos manifestó, siguieran manteniendo un contacto con su cultura, su origen», ha sostenido.

Su letrado ha asegurado que «ni en Villaverde, ni en Madridejos, ni en Gómez de Acebo, en ningún sitio nadie del equipo investigador ha podido decir que nadie haya sido en ningún momento ni radicalizado ni adoctrinado por el señor Karim para participar en este tipo de movimiento radical y, evidentemente, peligroso para lo que son las mentes y los cuerpos de las personas».

LAS CLASES DE KARIM B.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, desde el 25 de febrero de 2022 el acusado impartía clases de Corán a menores de lunes a domingos «con un alumnado de entre 100 y 120 menores de edades comprendidas entre los 8 y los 16 años» en un local de Madrid.

Gracias a audios grabados por los investigadores en esas clases, se pudo conocer que el investigado «adoctrinaba a los menores en ideas radicales islamistas dentro de la denominada Yihad de la Palabra, configurada como una de las estrategias más significativas de DAESH».

Así, por ejemplo, les leía obras de un teólogo medieval, «cuyas fatuas son utilizadas como instrumento doctrinal por parte de las diferentes organizaciones terroristas yihadistas». «En la obra de este teólogo, se justifica la yihad armada contra los herejes y apóstatas», apunta.

Además, Karim B. hablaba claramente a sus alumnos sobre consignas a favor del terrorismo realizado por Hamás y llegó a explicar en primera persona que «si se tiene que morir, es mejor morir matando a los enemigos, haciendo una apología clara a la violencia terrorista y forma de actuar de las brigadas de Ezzeldin Al Qassam (brazo armado de Hamás)».

«Tarde o temprano nos van a quitar de allí, entonces mejor la muerte que la humillación… pues ya que voy a morir, por lo menos voy a matar, voy a llevar conmigo unos 5 o 6 cadáveres o más…», les dijo a los alumnos.

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