“Estamos prácticamente abandonados por el Gobierno”: la lamentable realidad de las ollas comunes frente a la anemia infantil en Perú

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En el distrito de San Antonio de Jimacamarca, en Huarochirí, se encuentra una de las tantas ollas comunes que han surgido en Perú para enfrentar la grave crisis alimentaria que afecta a miles de familias. Bajo el nombre de Mirador Nuevo Israel, esta olla común, dirigida por Isabel Romero, es un refugio donde los más vulnerables pueden acceder a un plato de comida caliente en medio de la incertidumbre cotidiana.

En una entrevista con Infobae Perú, la señora Isabel compartió las dificultades que enfrentan a diario. “Los alimentos no son suficientes, nuestros niños tienen anemia”, comentó, haciendo referencia a los recursos limitados con los que cuentan. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el primer trimestre de 2024, la desnutrición crónica afectó al 12,2% de los niños menores de cinco años en Perú, un aumento preocupante con respecto al cierre de 2023. Las palabras de Isabel reflejan esta dura realidad.

Las demandas de quienes sostienen las ollas comunes

Imagen de archivo de Nuevo San Vicente en el departamento norteño de Piura (Perú). EFE/Paolo Aguilar

La lucha diaria en las ollas comunes no se limita a preparar alimentos. Isabel hace un llamado directo al Estado peruano, destacó las carencias que enfrentan en su comunidad: “Pedimos que nos aumenten los víveres. Además, que no se olviden de los adultos mayores que están totalmente abandonados. Hay niños con desnutrición, niños con anemia. Hace poco, realizaron dosajes de hemoglobina y muchos niños están con niveles de 9 o 10. Aquí en San Antonio de Huarochirí no tenemos luz, agua ni desagüe. Estamos abandonados prácticamente por el gobierno. La gente paga colegios particulares porque no hay colegios públicos, y con lo que gastan, ni siquiera les alcanza para un plato de comida, ni de la olla común”.

La situación descrita por Isabel no es aislada. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre 2021 y 2023, la inseguridad alimentaria moderada o severa afectó al 29% de la población en América Latina, alcanzando a 126 millones de personas. En el caso de Perú, más de la mitad de su población, un 51,7%, enfrenta inseguridad alimentaria, cifra que sitúa al país por encima del promedio regional.

Fortunata Palomino criticó duramente a la presidenta por su afirmación de que S/ 10 alcanzan para un almuerzo completo, asegurando que ese monto está lejos de los recursos con los que trabajan. (Composición: Infobae / Andina)

La precariedad que enfrentan las ollas comunes contrasta con las palabras de algunos representantes del gobierno. Hace unos meses, Isabel recuerda con indignación declaraciones atribuidas al ministro de Agricultura, quien señaló que en Perú “no se pasa hambre y comemos contundente”. La directora no ocultó su malestar ante tales afirmaciones: “Se burlan de nosotros. Ellos no viven nuestra realidad, no ven nuestra necesidad. Por eso les invitamos a que vengan a una olla común, que coman aquí, que vean nuestro día a día para que entiendan lo que pasamos”.

En esa línea, Isabel también se mostró contrariada ante las palabras de la presidenta Dina Boluarte, quien afirmó que con diez soles se puede preparar sopa, un segundo y hasta un postre. Estas declaraciones, emitidas el 22 de noviembre durante un evento junto a madres de ollas comunes, fueron calificadas por la directora como una burla: “Cocino para 105 personas, y sinceramente, no sé si lo que dijo fue un chiste. Invito a la presidenta y a los congresistas a que nos den diez soles y cocinemos para ellos. El costo de un plato aquí es de S/ 2 o S/ 2,50 por persona, y no alcanza. Además, tenemos 40 casos sociales a los que les damos comida gratis. Decir que con diez soles se puede cubrir almuerzo, postre y desayuno es simplemente irreal”.

La canasta básica y el incremento de precios

El 59% de los peruanos percibe un aumento en la brecha económica entre ricos y pobres. (Composición: Infobae)

El costo de vida es otro factor que agrava la crisis alimentaria en el país. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Percepción de Desigualdades (Enades) 2024, la canasta básica aumentó en un 14% en los últimos dos años. Este incremento golpea con fuerza a las familias de bajos recursos, quienes ya enfrentan dificultades para acceder a una dieta adecuada. El costo promedio de una dieta saludable en Perú pasó de 3,28 dólares por persona en 2017 a 4 dólares en 2022, un aumento que limita aún más las posibilidades de quienes dependen de las ollas comunes.

La inseguridad alimentaria en Perú no solo afecta a las áreas urbanas; en las zonas rurales la situación es incluso más crítica. La dependencia de la agricultura de subsistencia, la falta de infraestructura y el limitado acceso a alimentos nutritivos exacerban las condiciones de pobreza. Las cifras de la FAO y el testimonio de personas como Isabel reflejan un problema estructural que requiere atención inmediata.

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